Seguramente esta entrada no sea muy popular pero considero que es
necesaria. A raíz del último partido, donde el Celta jugó con 9
jugadores gallegos para orgullo de todos los que nacimos o vivimos en
esta tierra tan bonita, desde el club se ha aprovechado para alardear y
presumir de un proyecto de cantera que, bajo mi punto de vista, no es
tal. Me explico: No es que el club no apueste por la cantera, pero creo
que está muy lejos de ser un club de cantera y que seguramente lo que
vivimos el domingo es más el producto de la necesidad que de una
convicción real en un proyecto.
A su llegada a Vigo como Presidente del Celta, Carlos Mouriño habló de
aquello de cinco canteranos en el primer equipo. También habló de lograr
un título y de tener un entrenador al estilo inglés. Un manager que
completase un ciclo largo en el club y que, suponemos, decidiese en
materia de fichajes como se hace en la Premier. El Presidente, en
realidad, expresaba más un deseo que una promesa, porque de hecho en su
primer año la apuesta por la cantera fue la de deshacerse de Toni Moral y
fichar a Nené. No hubo debutantes, más allá de unos simbólicos minutos
de Abalo cuando la necesidad en forma de bajas apremió y poco más. De la
cantera solo estaban Oubiña y Jonathan Aspas, que habían llegado años
atrás al primer equipo.
Tras el descenso, más de lo mismo en los dos primeros años. Llegaron
jugadores por necesidad, pero vimos como Richy debutaba con el primer
equipo jugando de lateral derecho y volvía al filial, y como se fichaban
medianías llegadas desde cualquier parte del mundo mientras los chicos
del filial se sumían en Segunda B sin una sola oportunidad. Ahora,
Torrecilla alardea de que el proyecto se inició hace tres años, pero no
es exactamente cierto.
El club ha apostado por la cantera, fortaleciendo las categorías
inferiores y la política de reclutamiento de nuevos talentos, pero los 9
gallegos que jugaron el pasado domingo no es el resultado de esta
política sino de la necesidad de un equipo que se ha visto abocado a
buscar jugadores con sueldos muy bajos para poder sobrevivir. No se
puede criticar esta decisión, de hecho muchos otros clubes imitarán al
Celta en ese sentido, pero vender eso como el resultado de un club de
cantera es engañar al aficionado.
Lo mejor es poner ejemplos claros de esta realidad. Se presume de que
tenemos dos porteros de la cantera, pero la realidad es que el Celta
esperó hasta el último momento, y un poquito más, para hacerle la ficha a
Sergio. El club ofreció a Falcón una renovación a la baja, y le esperó
hasta el final. Como el gaditano no respondió positivamente se le hizo
contrato a Sergio, con una ficha sensiblemente inferior a la de Falcón,
que si hubiese aceptado, sería ahora el portero titular de este equipo.
Es un ejemplo que demuestra claramente que la apuesta por la cantera se
debe a la necesidad más que a la convicción. El Club consideró que era
más inteligente quedarse con Sergio que lanzarse al mercado y fichar
cualquier medianía pagando un sueldo mayor que el de Sergio. Acertaron.
La realidad, por mucho que nos lo quieran vender de otra manera, es que
Eusebio Sacristán tiene un peso importantísimo en la cantidad de jóvenes
gallegos que militan en el primer equipo. Suya fue la decisión de
apostar por Hugo Mallo, un juvenil que hacía la pretemporada con el
primer equipo como muchos otros, cuando Edu Moya denunció al club.
Eusebio, ante la necesidad del equipo, prefirió jugársela con el chaval
antes que lanzarse al mercado, pero la idea del club era la de afrontar
la temporada con Vasco Fernandes y Edu Moya. Durante la estancia de
Eusebio en el club dio la alternativa a jugadores como Yoel, Jordi
Figueras, Joselu, Iago Aspas (todos recordamos su valentía dándole
minutos en el Celta- Alavés), y consolidó a otros jugadores del primer
equipo como Michu, Abalo o Roberto Lago. Eusebio sí que apostó por la
cantera, demostrando que no le temblaba el pulso a la hora de dar
oportunidades a los jugadores.
El club, mientras tanto, se dedicó a vender a Jordi, Joselu o Denís
Suárez. En el caso de este último, el club prefirió traspasar a un
canterano para no verse obligado a tocar el primer equipo. No critico
esta decisión, pero es otra demostración de que este no es un club de
cantera. Igual que la decisión de fichar a Queco Piña para el filial a
sus 33 años. De hecho, el filial celeste jugó el domingo ante el Real
Madrid Castilla con menos canteranos que el primer equipo, después de
que el verano pasado se peinara el mercado nacional en busca de
jugadores de más de 23 años para reflotar al filial. El resultado ya lo
estamos viendo, camino de Tercera después de dejar marchar a Manu Táboas
y tener a un portero argentino en el que no confía nadie.
Precisamente en verano, cuando Kevin y Soto apuntaban al primer equipo
en la pretemporada, Mouriño afirmó que no se ficharía ningún central ni
ningún lateral porque el Celta era un club de cantera y eso sería frenar
la progresión de Soto y Kevin. Una semana después se fichó a Bellvís
para el primer equipo y a Víctor Díaz y Raúl Navas, lateral derecho y
central respectivamente, para el filial. ¿Dónde están Kevin y Soto
ahora? ¿Dónde está la política de cantera?.
No critico la política del club, creo que se están haciendo bien las
cosas en muchos aspectos, pero no pueden intentar vendernos un club de
cantera que en realidad no existe. El Celta es lo que es y punto. Es un
club al que la necesidad ha obligado a actuar de una forma determinada.
Se ha hecho bien, la deuda se reduce cada año y se ha logrado hacer un
equipo competitivo donde hay muchos jugadores de la casa, lo cual
beneficia la identificación de la afición con el equipo, pero no somos
un club de cantera por mucho que desde el entorno del club se nos
intente vender esta milonga. Somos lo que somos. El Celta, que no es
poco. Un equipo al que la necesidad ha obligado a tirar de ingenio y
donde los chavales han aprovechado el espacio para crecer. Pero no,
definitivamente no somos un equipo de cantera. Si ascendemos y logramos
mantenernos durante un tiempo en Primera, veremos cuantos canteranos
juegan dentro de, pongamos, diez años.
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